Un inmenso Sol bajo la lluvia

La hermandad del Sol, fue la única que procesionó el pasado Sábado Santo, ya que la demás hermandades, con la excepción de la Trinidad, decidieron no realizar estación de penitencia. Vista la tarde, hicieron el resto de cofradías bien en quedarse en su templo, y es que, cuando El Varón de Dolores se encontraba en la Plaza del Triunfo y la Virgen del Sol dejaba la calle San Fernando, un aguacero sorprendió a la Hermandad, la cual tuvo que refugiarse en la Catedral.

Pocos días después el Hermano Mayor de la Hermandad del Sol publicó la siguiente carta dirigida a los hermanos de la hermandad, haciendo alusión a la frustrada estación de penitencia.

Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo:

 Nuestra Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral ha de significar un “antes y un después” para los Hermanos del Sol, no por culminar un ejercicio cofrade lleno de hitos históricos para la Hermandad (finalización y bendición de la Capilla Sacramental de Ntra. Sra. del Sol, celebración de nuestros primeros cultos internos en la misma, otorgamiento del título franciscano, etc.), sino por permitirnos vivir acontecimientos únicos y singulares que formarán parte de la historia de nuestra Corporación, para siempre- 

El pasado Sábado Santo, por avatares que el destino nos tenía celosamente guardados, será irrepetible y perdurable en nuestros corazones, y ha de convertirse en uno de esos acontecimientos que han de permanecer en la memoria cofrade de nuestra Ciudad, y para todos los Hermanos del SOL,  el fortalecimiento de la vida interna de la Hermandad e impulso necesario para revitalizar la Confraternización y la Fraternidad entre nosotros.

  A pesar del tiempo transcurrido, vuestra Junta de Gobierno y este Hermano Mayor, que  se dirige a su HERMANDAD, aún se sienten emocionados y conmovidos por las intensas vivencias ocurridas aquel día. Se percibió vuestro calor cuando apoyasteis con sencilla oración la decisión de salir; cuando con vuestra compostura, nazarenos, costaleros, capataces, músicos, monaguillos, acólitos y auxiliares, disteis buena cuenta de la dignidad de nuestra cofradía; cuando durante las muchas horas en la Santa Iglesia Catedral arropasteis amorosamente, los más de vosotros sin ni siquiera comer, a nuestros sagrados titulares; cuando sin que se os notara el cansancio volvisteis al barrio orgullosos de pertenecer al SOL y contentos con el entusiasmo con que Sevilla dibujaba con multitudes el camino de regreso a casa. Por todo ello, Hermanos, Hermanas, ¡ gracias de todo corazón !.

 Me consta que para la gran mayoría de la Hermandad, el Sábado Santo de 2011 ha sido, además, una oportunidad para conocer a muchos hermanos y hermanas, estrechar lazos, sentirse familia, quizá por la preocupación solidaria con la obra humana, espiritual y material que os pertenece. Del encuentro han surgido amistades nuevas, se han inspirado fuertes devociones, sentimientos de pertenencia.

 Vuestro Hermano Mayor sueña ahora con que ese espíritu se traslade a la capilla el resto del año, cada jueves y cada viernes, momento en que celebramos nuestra FE  juntos. Sería hermoso que nuestra pequeña capilla fuera un punto de encuentro para reforzar este fuerte vínculo con nuestros Amantísimos Titulares y con el resto de hermanos y hermanas que ha nacido el Sábado Santo de 2011.

 La Junta de Gobierno, con su Hermano Mayor al frente, ha tratado, como objetivo fundamental de gestionar de buena fe los anhelos e ilusiones de sus Hermanos. Así las cosas, no quiero ofrecer una idea triunfalista de la reciente Estación de Penitencia, reconocemos que han existido aspectos manifiestamente mejorables. Ya se está trabajando con vistas al año que viene; pero incluso para esta tarea es necesaria vuestra opinión, por lo que, con más fuerza aún, querría veros y escucharos.

Me despido de vosotros, con la sincera esperanza de que podamos recorrer juntos este itinerario de vida cristiana recién descubierto, que no es sino la… “Buena Nueva que Jesús nos dio a conocer”, y confiado en que la Devoción a nuestros Amantísimos Titulares, serán estimulo fundamental y camino esencial para construir definitivamente a nuestra querida HERMANDAD.

               Que Dios os bendiga a todos. Paz y Bien.

Juan Luís Amaro Rodríguez

Hermano Mayor