Cuando Fray Luis de
León retornó tras estar unos años apartado de su cátedra, dijo aquello tan
parafreaseado de 'Como decíamos ayer...' Y aunque apenas haya pasado un año
desde la última oportunidad que tuve para participar en la que considero mi casa
por muchos motivos, no puedo evitar agradecer antes de nada el ofrecimiento que
se me brinda de nuevo en esta Cuaresma.
Con lo cual, como decíamos ayer, es necesario comenzar refiriéndome a la que puede considerarse la noticia más importante de los últimos meses, como es la negativa a la celebración de un Santo Entierro Magno en la ciudad de Huelva. Aunque para mi lo más destacable no está en la prohibición sino en la desmesurada, inapropiada e inmadura respuesta de gran parte del mundo cofrade. El Obispado de Huelva ha sido correcto, consecuente y aleccionador en su decisión de suspenderlo, ya que no solo carece de motivación dentro del contexto de la celebración del Año de la Fe, sino que además el evento se convirtió en un dislate desde sus origenes por no ir de la mano de quien debe promover este acto. Dejando aparte la labor del Consejo, decepcionante ha resultado el enfoque de las Hermandades, quienes incluso a posteriori de la suspensión pareciera que quisieran echarle un pulso a la curia, incluida cobertura de un cabildo general de hermanos, que dicho de paso, manipulan cada vez con mayor maestria.
Con lo cual, como decíamos ayer, es necesario comenzar refiriéndome a la que puede considerarse la noticia más importante de los últimos meses, como es la negativa a la celebración de un Santo Entierro Magno en la ciudad de Huelva. Aunque para mi lo más destacable no está en la prohibición sino en la desmesurada, inapropiada e inmadura respuesta de gran parte del mundo cofrade. El Obispado de Huelva ha sido correcto, consecuente y aleccionador en su decisión de suspenderlo, ya que no solo carece de motivación dentro del contexto de la celebración del Año de la Fe, sino que además el evento se convirtió en un dislate desde sus origenes por no ir de la mano de quien debe promover este acto. Dejando aparte la labor del Consejo, decepcionante ha resultado el enfoque de las Hermandades, quienes incluso a posteriori de la suspensión pareciera que quisieran echarle un pulso a la curia, incluida cobertura de un cabildo general de hermanos, que dicho de paso, manipulan cada vez con mayor maestria.
Pero
sobre todo destaca por inmadura la respuesta del mundillo cofradiero a la
negativa, porque los berrinches en mitad de las cibernéticas calles de Huelva
llegan a todas las instancias y retratan una sociedad capillita que sigue
acomplejada por lo que hacen los demás, carece de personalidad y encima da pie a
quienes critican al mundo de las cofradías tanto desde dentro como desde fuera
de la Iglesia católica.
Y
sobre todo me duele, me molesta y me ofende cualquier juicio sumarísimo hacia
nuestro Obispo, que ha demostrado siempre un tacto exquisito hacia nuestras
Hermandades, acercándose con una amplitud de miras impagable, aún habiendole
dejado muchas veces esperando sine die una respuesta en cristiano. Pero claro,
para eso primero hay que tener sentido eclesial, y no anticlerical, cuando nos
dicen lo que no queremos oir.
Lo
siento cofrades del universo onubense: El año de la Fe no se sustenta en hacer
actos extraordinarios, sino más bien en "una invitación a una auténtica y
renovada conversión al Señor". Esto último no lo digo yo, lo dice el Papa
Benedicto XVI aunque tampoco vale pues él no sabe de esto de cofradías porque es
cura, alemán y encima ha dado la espantá.
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