25 de febrero de 2013

Reflexión

Sigo aquí, Señor, rezando
oraciones que aprendí,
pero al preguntar por Ti,
sigo dudando, dudando.
Señor, por la duda ando
entre preguntas desnudas,
 
esperando a que Tú acudas
 
a despejarme neblinas:
 
yo te arranco las espinas,
 
¡arráncame tú las dudas!
 
 
Mis dudas, mis sucesivas dudas, la duda del hombre, pero una duda
insomne, inquieta, desesperada a veces, que tiene más fuerza ante Dios que
la fe que se acomoda y lo da todo por hecho. La duda, ese eterno “no sé”
ante Él…
 

Con una cruz sobre el hombro,
pasas, Señor, ante mí,
y tu paso, al verte así,
con una oración lo alfombro.
Pero al rezarte te nombro
como siempre te nombré:
sin tener claro si es fe
lo que me empuja a rezarte,
o saber que tengo parte
en esa Cruz. No lo sé.
 
 
 
Antonio García Barbeito,   Pregón Semana Santa de Sevilla 2010

No hay comentarios: