10 de abril de 2012

Mi despedida por J.A. Montero Fernández (ABC de Sevilla)

Igual que el pregonero, hacía tanto tiempo que te esperaba, cariño, que estos Siete Milagros me han sabido a poco… Y es que, vida mía, después de que la prolongación de la espera se hiciera eterna hoy todo se me queda en nada…
Y por eso, vida mía, no supe reaccionar cuando el Martes Santo las gotas se suicidaban contra la antigua cruz de la calle Cerrajería. De ahí mis nervios frente a la Rosa de San Lorenzo… De todo eso mi anhelo ante mi Virgen de Loreto… Y tras tenerme una semana especialmente en vilo y sin quitarte el ojo de encima, así como si nada tu te vas…
Ayer me di cuenta, cuando pasó la Reina más antigua de Sevilla… Sin darse la vuelta se estaba despidiendo de mi, por ti… Y mirándola me quedé, esperanzado porque se diera la vuelta, porque el reloj corriera hacia atrás, por revivir el Viernes, el Jueves… Porque volviese todo a la mañana del Domingo de Ramos… Pero Ella no giró, siguió andando sola… Y tu mirándome a los ojos, te despediste de mi… Por eso, sentido de mi existencia, hoy no me queda más que despedirme de ti…
Despedirme de tus rutas, de tus encantos;
despedirme de tus sonidos y olores;
despedirme de tus bullas, de tus callejones;
despedirme de tus mañanas y de tus noches;
despedirme de las alegrías y las penas;
despedirme del ruan y el esparto;
despedirme de la túnica y la capa;
despedirme de la radio y la incertidumbre;
despedirme del olor a cera y del capirote;
despedirme del choque glorioso de los varales;
despedirme del crujir silencioso de la madera;
despedirme de tu emoción, de tu fe, de tu sevillanía…
Despedirme cariño, de unos días mágicos en los que la renovación del alma cofrade se ha cumplido con creces… Unos días, vida mía, en los que de la mano hemos surcado el mar de sentimientos al que nos dedicamos los que queremos… Los días del gozo, como diría aquel pregonero…
Y si mi despedida dependiera de una expresión esa sería la que posiblemente todos los que tanto te necesitamos a tus pies pronunciaríamos… Porque sabemos sentirte y quererte, porque nos gusta oírte y mirarte… Porque eres el aire que respira nuestra alma… Porque un segundo sin ti, queridísima mía, es un año luz… Porque tu marcas el latido de nuestro corazón, de nuestro transcurrir, de nuestra emoción…
Por todo eso, Milagro Bendito, hoy Domingo de Resurrección, me despido de ti igual que me despido de mis seres queridos… Sabiendo que por mucho que digan, por mucho que no entiendan y por mucho que no acepten, tu nunca has sido y nunca serás un Milagro de Siete Días…
Por eso cariño, descansa hoy, que bien lo mereces…Gran Poder en los Sentidos y Amargura de delirio, hoy me despido de ti, sabiendo que al despertar me estarás esperando como haces en cada amanecer…
Ante ti, Vida y Alma de Dios,
Que nunca fuiste una semana
Hoy no me sale decirte adiós…
Sino simplemente, hasta mañana…
José Antonio Montero Fernández.

A todos los cofrades de Sevilla.
A la Semana Santa.

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